Algunos cambios en la alimentación pueden ayudarte si sufres retención de líquidos:
(VER Post ¿QUÉ ES LA RETENCIÓN DE LÍQUIDOS?)
– ELIMINA LA SAL
Para combatir la retención debes llevar una dieta baja en sodio, el componente de la sal que la provoca:
. Utiliza sal baja en sodio: En el supermercado hay sales hiposódicas, que tienen un 60% menos de sodio que las normales.
. Flor de sal: Contiene menos sodio que la sal de mesa. Al añadirla al final de la cocción, también puedes usar menos.
. Otras sales: Puedes rebajar la proporción de sal en tus aliños mezclándola con otros ingredientes. Si lo haces con sésamo a la mezcla se le llama gomasio.
. Pan integral sin sal: Si tomas mucho pan, una manera de aligerar de sodio tu alimentación es pasarte al integral sin sal, el más sabroso de los sin sal.
Y ten en cuenta que el cuerpo tarda entre dos y tres meses en habituarse a una dieta baja en sal.
– ELIMINA LAS HARINAS
Cuando consumimos demasiados almidones y azúcares (harinas, cereales refinados, bollería industrial, etc) el organismo termina convirtiéndolos en grasas y los almacena, pero en ese proceso también se retienen líquidos.
Esto ocurre porque durante el proceso digestivo el organismo descompone los almidones y azúcares en forma de glucosa. Pero (una vez en la sangre) se vuelven a unir para ser almacenados en forma de glucógeno, que es una cadena de glucosas unidas. Cuando el organismo une estas glucosas, también sintetiza agua, por lo que retenemos más líquidos.
. Consume más alimentos integrales. Cuanto más entero o integral sea el alimento menos posibilidades de que tu cuerpo lo almacene en forma de grasa y retengas líquidos.
. Elige alimentos con un índice glucémico bajo, es decir, que liberan su energía lentamente (cerezas, ciruelas, lentejas, arroz salvaje), y por verduras y frutas bajas en azúcares.
. Toma una ensalada diaria, su fibra retrasará la absorción de glucosa, retendrás menos líquidos y activarás tu intestino.
. Consume legumbres; contienen fibra y proteínas ligeras que se absorben de forma gradual.
. Algunas verduras ligeras son las siguientes: Espárrago, berenjena, acelga, apio, brócoli, lechuga, escarola, calabacín, pimiento verde, coliflor, berro, setas…
. Para consumir más fibra incluye en tu dieta fruta entera, frutos secos, semillas, pan integral o verduras crudas en todas tus comidas.
