Párate un momento a pensar cuánto tiempo llevas usando la misma crema y recuerda que las necesidades de tu piel van cambiando con el paso del tiempo. Factores hormonales, climáticos, ambientales, etc., pueden variar, y mucho, las exigencias de tu piel.
Además, es necesario que identifiques si tu cutis pueda estar sufriendo alguno de los problemas más comunes: brillos, arrugas…
Si empiezas a utilizar ya el tratamiento que te conviene, en seguida notarás la diferencia: se atenuarán las arruguitas, tu tez ganará luz, se borrarán los brillos y ganarás confort ¡Elige tu cosmético idóneo!
¿Tienes una piel cada vez más reactiva o sensible?
Tu piel a veces te pica después de lavarte, otras veces tienes rojeces, aparecen granitos que no tienen un motivo aparente o la notas tirante… Posiblemente el estrés y las condiciones medioambientales te estén pasando factura y tu piel reclame un cambio de crema.
Quizá necesites una crema específica para pieles sensibles que te ayude a calmar y devolver el confort a tu piel. Primero habría que descartar patologías como la dermatitis atópica, consulta con tu dermatólogo. Si no, estamos ante una piel intolerante:
. Cremas con los mínimos ingredientes. Las cremas para pieles sensibles se formulan con pocos ingredientes, estas pieles toleran mejor formulaciones ligeras y con poco contenido graso o siliconas.
. Con activos calmantes y de acción antiinflamatoria. Tu crema debe contener ingredientes como el aloe vera, el bisabolol y los biosacáridos, aportan confort a tu cutis.
El aloe vera es inmunoestimulante, lo que significa que ayuda a aumentar la capacidad de defensa de la piel.
El bisabolol disminuye la reactividad proporciona confort a tu piel. Actúa muy bien en sinergia con ingredientes aislantes la jojoba y el karité, que mejoran considerablemente la función barrera.
Caléndula, llamada “botón de oro”, ejerce una función calmante y descongestiva y mejora la textura de la piel.
Rusco y escina. Son vasoprotectores. Se llaman así porque son capaces de reforzar los capilares y frenar los procesos de inflamación.
. Evita componentes como alcohol, lanolina, conservantes, colorantes y perfumes debido a su capacidad irritativa. Ten precaución también al aplicar productos antiarrugas que contengan principios activos como retinoides y ácido glicólico.
. Protección solar específica: cremas solares con filtros físicos en lugar de químicos.
. Intenta ser fiel al mismo producto. Si cambias a menudo de cosmético, corres un mayor riesgo de encontrar nuevos irritantes para tu piel.