Párate un momento a pensar cuánto tiempo llevas usando la misma crema y recuerda que las necesidades de tu piel van cambiando con el paso del tiempo. Factores hormonales, climáticos, ambientales, etc., pueden variar, y mucho, las exigencias de tu piel.
Además, es necesario que identifiques si tu cutis pueda estar sufriendo alguno de los problemas más comunes: brillos, arrugas…
Si empiezas a utilizar ya el tratamiento que te conviene, en seguida notarás la diferencia: se atenuarán las arruguitas, tu tez ganará luz, se borrarán los brillos y ganarás confort ¡Elige tu cosmético idóneo!
¿Notas tu tono apagado, como grisáceo?
Si notas tu piel mate, cetrina, sin vida y reseca… y además empiezan a aparecer algunas manchitas; Las manchas suelen afectar sobre todo a pieles mates que se broncean fácil y a partir de los 35 años.
. Tu crema ideal debe igualar el tono, difuminar las manchas y aportar luminosidad.
. Utiliza a diario crema con protección UVA y UVB para frenar la aparición de manchas.
. Antirradicales libres y antiinflamatorios, como la vitamina E o la granada, para reducir la inflamación provocada por los rayos UV.
. Hidroxiácidos. Las limpiadoras y las hidratantes con activos ligeramente exfoliantes mejoran la eficacia de las despigmentantes y hacen que la piel se vea luminosa.
. Crema despigmentante. Úsala por la noche.
. Activos aclarantes, como el regaliz, el ácido kójico, la vitamina C o el glutatión.
Si el problema no son las manchas sino únicamente la luminosidad que has ido perdiendo, es recomendable aplicar a diario un sérum o crema iluminadora. Mejor con activos que favorecen la microcirculación (cafeína, ginseng) y alisan (ácidos frutales), y pigmentos que reflejan la luz que llega al rostro.