Como todas las arcillas tiene acción cicatrizante, antiséptica, antiinflamatoria, regeneradora del colágeno y tejidos y por supuesto detoxificante.
La base de su composición es caolínica.
Se trata de una gran depuradora cutánea y regeneradora, pueden deberse sus efectos a la elevada concentración de minerales que difiere de sus hermanas verde y blanca. Tiene un mayor porcentaje de cuarzo en su composición (hasta un 10%), además de contener el Silicio, Hierro, Magnesio, Calcio, Potasio. Es muy baja en Sodio.
Ya sea para una piel castigada e intoxicada, como para intensificar un drenaje linfático o tratamiento anticelulítico, como para realizar un tratamiento antiarrugas intensivo. En cada caso pondremos los diferentes aceites vegetales y esenciales necesarios para la estética-terapéutica deseada.
¿CÓMO UTILIZARLA? Mezcla una cucharada de arcilla con agua en un bol de plástico, añade más arcilla o más agua hasta conseguir la cantidad y consistencia deseadas.
Si quieres enriquecer aún más tu mascarilla añade gotas de tus aceites esenciales favoritos. Aplícala y déjala actuar unos minutos en tu piel para disfrutar todos sus beneficios.