TIPOS DE QUEMADURAS SOLARES

Una exposición solar intensa en las horas centrales del día y sin la protección adecuada, produce quemaduras en la piel. Estas se producen porque la cantidad e intensidad de la radiación recibida no es adecuada para el tipo de piel. La clásica quemadura solar tiene un color rojizo encendido y deja la piel dolorida e inflamada. Las quemaduras pueden ser de dos tipos:

DE PRIMER GRADO. Afectan sobre todo a la epidermis, es decir, no penetran en las capas profundas de la piel. Son inflamatorias, enrojecen la piel y molestan. Duran unos tres días y acaban con una descamación de la parte más superficial de la piel, que volverá a epitelizarse en una semana (la epitelización es la acción natural de curación dérmica y tejido epidérmico en el cual el epitelio crece sobre una herida).

Conviene aplicar cremas calmantes y altamente hidratantes varias veces al día. Y, por supuesto, suspender la exposición al sol.

DE SEGUNDO GRADO. Cuando la quemadura va acompañada de ampollas significa que el daño que se ha producido en la piel es mucho mayor. Afectan de forma importante al estrato superficial de la piel (epidermis) y lo desprenden directamente (será la capa externa de la ampolla). También se lesiona levemente el estrato profundo de la piel (dermis), que es la zona más roja del suelo de la ampolla. Hay que esperar a que la ampolla se reseque y desaparezca por si sola. Es recomendable no reventar las ampollas, ya que la piel levantada es el mejor apósito posible y el líquido contenido tiene defensas suficientes para fortalecer la piel.

¿Por qué es peligroso quemarse?
La piel responde a la agresión de la radiación UV mediante la oxidación y producción de pigmento (melanina) que da el tono bronceado. Cuando la exposición solar supera la capacidad de la piel para generar este mecanismo de defensa, entonces se produce la quemadura (la piel se pone roja, hinchada y pueden aparecer ampollas, dependiendo del tipo de quemadura). Si no se cura bien, puede dejar una cicatriz de por vida. Un historial de quemaduras, especialmente en la infancia, es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. ¡De ahí la importancia de evitarlas desde pequeño!