CUIDADOS TRAS UN DÍA DE SOL

Tras un día de sol tu piel tiene sed: aparecerá tirante y reseca, por no hablar del silencioso trabajo de los radicales libres, que estarán dañando el ADN celular.

Al exponerse al sol, incluso protegida, obligamos a nuestra piel a trabajar más. El sistema defensivo natural de la piel se activa; los melanocitos situados en las capas de la epidermis y dermis estarán obligados a fabricar más y más melanina (el pigmento que nos hace adquirir el tono bronceado, su función es protegernos de manera natural para que los rayos dañinos del sol no penetren en las capas más profundas de la piel).
La exposición al sol hace que, por un lado, los melanocitos trabajen mucho más. Y, por otro, que el propio calor del sol deseque la piel, deshidratándola.

Todo esto provoca un estrés cutáneo que conviene calmar cuanto antes, así como reponer el agua que la piel ha perdido.

REPARA, REFRESCA, REHIDRATA

Es el momento de recurrir a las hidratantes para que tu piel renazca. Tras la exposición al sol, y aunque la protección y el tiempo de exposición hayan sido los adecuados, lo habitual es sentir la piel reseca y tirante. La barrera hidrolipídica (de agua y grasa) que protege en la superficie las sucesivas capas de piel tiende a resquebrajarse.

Una buena crema postsolar debe contener agentes humectantes, calmantes y que retengan el agua para ayudar a reponerse a la piel.

Las cremas postsolares deben contar entre sus ingredientes activos que:
. Refresquen y calmen. Los extractos vegetales, las aguas termales, la alantoína o el aloe vera son excelentes agentes rehidratantes y calmantes.
Además, si has empleado protectores con filtros químicos, el calor de las radiaciones solares quedará acumulado en las capas superficiales de la piel, por lo que estos ingredientes son fundamentales para atenuar el calentamiento de las células y lograr los necesarios y benéficos efectos de frescor y calma.
. Protejan las células del envejecimiento. La exposición solar causa también daños en las fibras de colágeno y elastina, lo que, con el paso del tiempo, genera la aparición de arrugas precoces. Para reponer en la medida de lo posible estos daños, las cremas deben ser ricas en agentes antioxidantes como la vitamina E, por ejemplo. También cumplen esta función los aceites esenciales o ácidos grasos.
. En los casos de pieles extremadamente grasas, habría que evitar aplicar productos enriquecidos con aceites y optar por fórmulas más ligeras oil-free, en textura gel o loción a ser posible.

CREMA CORPORAL HIDRATANTE REGENERADORA. Su uso diario ayuda a mantener la hidratación de la piel, a fortalecerla y regenerarla, y previene los signos del envejecimiento. Posee alantoína, proteínas, vitaminas, alfahidroxiácidos, minerales y oligoelementos, mucopolisacáridos, enzimas y citoquinas: VER EN TIENDA


CREMA FACIAL ALOE-ARGÁN REESTRUCTURADORA
. Emulsión rica en Aceite de Argán y Aloe Vera procedentes de cultivo ecológico, así como Alantoína: VER EN TIENDA

SÉRUM ACTIVO ANTIEDAD. Contiene agua termal, extracto de estrella de mar, aloe vera, centella asiática y 10 vitaminas: VER EN TIENDA

Y recuerda que la hidratación antes de la exposición solar es clave: resulta tan importante que si hidratamos muy bien antes de la exposición, se puede evitar la desecación que produce el sol. Esa hidratación de la piel es fundamental, ya que así aumentará su tolerancia cutánea y su capacidad de retención de agua para enfrentarse mejor a la siguiente exposición solar, logrando así un bronceado uniforme y terso.

VER Post CÓMO UTILIZAR LOS PRODUCTOS POSTSOLARES

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