Practicar ejercicio con regularidad es fundamental para mantener el cuerpo y la mente en equilibrio. Sin embargo, hacerlo sin una buena planificación puede reducir su eficacia e incluso aumentar el riesgo de lesiones o molestias musculares. Por eso, es importante seguir unas pautas básicas que te ayuden a sacar el máximo provecho de tu rutina deportiva.
🕒 El mejor horario para entrenar
La práctica deportiva debe adaptarse a los horarios de sueño y de comidas.
Entrenar a primera hora de la mañana es, para muchos, la mejor opción: activa el metabolismo desde temprano, aporta energía para todo el día y ayuda a controlar el apetito.
Eso sí, nunca lo hagas en ayunas. Es recomendable tomar una comida completa (con cereales, fruta y proteínas) al menos 90 a 120 minutos antes de comenzar el ejercicio.
Por otro lado, dado que la actividad física estimula el metabolismo, no se aconseja entrenar por la noche, ya que puede dificultar el descanso y alterar el sueño.
💧 Hidratación: un paso imprescindible
Beber agua de forma adecuada es tan importante como el propio entrenamiento. La pauta ideal consiste en:
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Tomar ½ litro de agua unas 3 o 4 horas antes del ejercicio.
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Beber unos 300 ml cada 20 minutos durante la práctica deportiva.
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Y, por supuesto, reponer líquidos al finalizar.
Una buena hidratación mejora el rendimiento, previene calambres y favorece la recuperación muscular.
🔥 Calentamiento previo
Antes de empezar, dedica unos minutos a realizar movimientos suaves o ejercicios de baja intensidad.
El calentamiento prepara los músculos, activa la circulación y reduce el riesgo de lesiones.
🧘♀️ Estiramientos después del ejercicio
Finaliza tu entrenamiento con una breve rutina de estiramientos o una caminata ligera de entre 5 y 10 minutos.
De esta forma ayudarás a relajar los músculos, evitarás agujetas y mejorarás la flexibilidad.
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