El aumento de las líneas de expresión y de la flacidez, así como la pérdida de luminosidad, pueden delatar la edad. Unos pequeños ajustes en tu rutina facial te ayudarán a lucir una piel tersa y brillante.
TONO UNIFORME
Las irregularidades de pigmentación aparecen cada vez de forma más habitual a partir de los 40 años. Contra la aparición de manchas el mejor escudo es aplicar sobre el rostro un protector solar SPF 50, incluso en invierno.
Si las manchas ya han aparecido, puedes atenuarlas con un exfoliante facial a base de ácido glicólico. Este cosmético, aplicado una vez a la semana, facilita la regeneración celular, elimina células muertas y ayuda a unificar el tono. El ácido azelaico, la hidroquinona y la niacinamida son otros ingredientes que aclaran la piel.
SIN ROJECES
Si la zona de las mejillas tiende a enrojecerse a causa de la vasodilatación capilar, algo que acostumbrarse a agravarse con el paso del tiempo, opta por un sérum o una crema antirrojeces con ingredientes calmantes y reparadores como la caléndula o la rosa mosqueta.
TEZ LUMINOSA
Con los años, el tono de la piel tiende a apagarse y pierde brillo. Recupera su vitalidad con un sérum rico en vitamina C, aplicado sobre la piel limpia cada mañana.
El resveratrol es otro activo antiedad que actúa de similar forma.
