La dermatitis atópica aparece sobre todo en el primer año de vida y un 20% de esas personas seguirá sufriéndola en la edad adulta.
Tras la ducha, que no debe durar más de cinco minutos, puede ser aconsejable utilizar aceite de coco a modo de hidratante corporal. Esta loción tiene propiedades emolientes y antibacterianas, por lo que ayuda a calmar el picor y a reducir la inflamación. Y es que, cuando la piel está muy seca, se vuelve más permeable y deja de cumplir su función barrera, lo que permite la entrada de alérgenos (como ácaros) y ciertas bacterias que causan inflamación.
La manteca de karité resulta un excelente preventivo. Este bálsamo calmante es especialmente adecuado para el cuidado de la piel muy seca. Aplicada después del baño, ayuda a hidratar las zonas afectadas por la dermatitis o por cualquier otro tipo de trastorno inflamatorio (psoriasis, picaduras, etc).
Cuando las molestias vayan en aumento, agrega arcilla blanca, un preparado cicatrizante, calmante y antiinflamatorio, a hidrolato de manzanilla hasta que espese. Agrega unas gotas de aceite de caléndula, remueve y aplica a temperatura tibia por la zona afectada durante 5-10 minutos. Transcurrido ese tiempo, retira con agua.
En caso de picor, la caléndula es una de las plantas más indicadas en irritaciones cutáneas que producen molestos picores. Alivia la inflamación de la piel y actúa como un excelente regenerador cutáneo.
