Esta patología cutánea afecta a más de 50 millones de personas en Europa y, con la llegada de la primavera, algunos de sus síntomas pueden agravarse.
La dermatitis atópica es un problema de la piel cada vez más común y sus molestos síntomas se acentúan con los cambios de estación, especialmente en primavera, ya que nuestra dermis está más expuesta a elementos irritantes como el polen, polvo, contaminación, sol, sequedad y los cambios de temperatura tampoco favorecen.
Esta inflamación crónica de la piel afecta con mucha frecuencia a bebés y niños, aunque también hay un 10% de adultos que la padecen. En los últimos 30 años se han triplicado los casos de dermatitis atópica y sigue sin haber un tratamiento 100% efectico contra sus síntomas. Esta enfermedad provoca enrojecimiento, picor y sequedad extrema y, a veces, se ocasionan eccemas, pequeñas ampollas y lesiones cutáneas en zonas localizadas.
Para combatir la dermatitis atópica es clave mantener la piel completamente hidratada en todo momento, ya que sufre muchísima sequedad y tiende a agrietarse y descamarse. Para evitarlo, puede aplicarse varias veces al día una crema humectante y emoliente adecuada para la piel atópica, que la nutra en profundidad y proteja la barrera cutánea.
Por su alto contenido en ácidos grasos esenciales, el aceite vegetal de cáñamo resulta eficaz en el tratamiento de eccemas que cursen con picor o no, dermatitis y piel sensible.
Para aliviar el picor un truco muy efectivo es guardar esta crema en la nevera; el efecto frío alivia el prurito producido por el eccema.
Los productos de higiene mejor hipoalergénicos y sin perfume, recomendables los geles sin jabón y de pH neutro. En cuanto a los cosméticos, mejor sin alcohol ni parabenos, los maquillajes, también hipoalergénicos.
A la hora del baño será preferible una ducha que no supere los 15 minutos procurando que el agua esté templada (menos de 37 grados) para no resecar más la piel. Y al terminar, procurar secarse con una toalla suave, evitando frotar la piel con brusquedad y prestando especial atención a los pliegues del cuerpo (codos, rodillas, ingles, axilas, etc). Después, se debe aplicar una crema hidratante por todo el cuerpo para nutrir la piel.
Hay que aprovechar el bueno tiempo para enriquecer nuestra piel con los rayos del sol, que tienen un importante poder antiinflamatorio si se toma con medida y precaución: evitar las horas centrales del día y proteger la dermis con cremas con factor solar.
Las lanas y fibras sintéticas suelen irritar la piel y propician la aparición de lesiones cutáneas, por lo que es preferible usar siempre ropa de algodón. Para su lavado, evitar utilizar suavizantes y otros productos irritantes.
También es preferible evitar ambientes secos. Tener humidificadores en casa ayuda a las personas que sufren dermatitis atópica, ya que un ambiente seco empeora los síntomas. Hay que evitar los contrastes de temperatura bruscos y mantener el grado de calor ambiental del hogar sobre los 20 grados, no más alto.
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