El frío y los ambientes secos de la calefacción contraen los vasos sanguíneos, ralentizando la circulación. Esto hace que la piel se deshidrate más fácilmente y se regenere a menos velocidad.
Para estimular la renovación celular exfolia la piel de todo el cuerpo dos veces al mes. Este simple gesto elimina células muertas, alisa la piel y multiplica el nivel de penetración de las cremas o aceites que utilices.
Después, aplica tu crema corporal con un vigoroso y revitalizante masaje ascendente. En zonas que requieran un mayor aporte de hidratación, como manos, pies, codos y rodillas, emplea una crema reparadora que hidrate en profundidad. Extiende una gruesa capa de producto y masajea hasta su total absorción con movimientos circulares.
Si tienes la piel muy seca, son recomendables compuestos grasos como Omega 3, manteca de karité, aceite de argán, de aguacate, de coco… Para un extra de hidratación utiliza aceite corporal.
