¿Encrespado, quebradizo, dañado por los tintes…? Recupera la vitalidad y suavidad de tu pelo siguiendo unos sencillos consejos para sanearlo:
Lava masajeando suave, no lo frotes agresivamente. Es aconsejable lavarlo con masajes circulares de la nuca hacia las sienes (siguiendo el sentido de las agujas del reloj) y desde aquí, movimientos a la inversa hacia la coronilla.
Usa acondicionador más mascarilla. Utiliza el primero cada vez que te laves el pelo (siempre desde el medio hacia las puntas) y sustitúyelo por mascarilla dos veces por semana, al menos durante un mes. Mejor si esta es nutritiva.
Elimina la humedad. Mejor con una toalla de microfibras. Absorbe hasta 8 veces su peso en agua. Antes de usar el secador o de pasarte la plancha, aplica un protector termal. Formulados con siliconas forman una película alrededor del cabello que lo protege y facilita el deslizado del cepillo.
Sé constante. Si usas productos (uno solo o la gama completa) para reparar el pelo, no abandones el tratamiento de golpe. Ve reduciendo la aplicación cuando esté sano y realiza recordatorios en primavera y otoño.
Descansa bien. El cabello se regenera por la noche. Si duermes menos de 7 horas se puede debilitar.
Si tienes el cabello reseco
Haz solo una enjabonada. En una segunda los agentes limpiadores podrían disolver parte de la barrera protectora del cuero cabelludo.
Hidrátalo a fondo. Para evitar el encrespamiento elige una mascarilla que sea nutritiva (de argán, karité…) y aplícala incluso en el cuero cabelludo 10 minutos dos veces a la semana.
MASCARILLA CAPILAR ARGÁN: VER EN TIENDA
Mejora la textura con queratina. Esta proteína es el componente principal del cabello, y cuando se daña provoca fragilidad. Puedes reponerla con productos redensificantes o con un tratamiento en peluquería a base de queratina, que deja el pelo sedoso y brillante durante 3 meses.
Apagado y sin brillo
Aclara al final con agua destilada. Las sales del agua del grifo se depositan en las cutículas y el pelo queda más áspero y mate.
Potenciadores de brillo. Busca en acondicionadores, mascarillas o sérums ingredientes como la glicerina, dexpantenol, ceramidas y aceites vegetales.
Evita cepillarlo demasiado. No es cierto que cepillándolo 100 veces al día brillará más. Al contrario, puede dañar las cutículas.
Dañado por la coloración
Elige bien el tinte. Para que no perjudique a tu cabello, hay marcas de tintes respetuosas con el cuero cabelludo que no incluyen parafenilendiamina (PPD) ni resorcinol, colorantes químicos responsables de reacciones alérgicas.
No abuses de las mechas. Estas obligan a continuos retoques haciendo que el cabello se reseque y estropee. Son preferibles unos sutiles reflejos.
Usa líneas capilares específicas. Las de cabellos teñidos (suelen estar más ásperos y porosos por los procesos químicos) reparan el cabello y prolongan la duración del color (con filtros solares, vitamina E y aceites vegetales)
Puntas abiertas
Seca con suaves presiones. Evita frotar con la toalla, porque las cutículas se levantan y se rompen. Haz suaves presiones o envuelve el pelo con la toalla para que absorba el máximo de humedad.
Ojo con los brushings continuos. Usar el secador y el cepillo para peinarte a diario no es recomendable. El aire caliente deshidrata la piel y acentúa la descamación.
Ayuda a reconstruirlo. El pelo quebradizo necesita productos con activos reparadores: aminoáciods, proteínas (queratina, arroz, trigo, colágeno) y ceramidas, estas últimas actúan con un efecto de microrrelleno sobre las fibras.
Si tu pelo se rompe con facilidad, usa peines de púas anchas o cepillos de cerdas naturales.
