TRATAMIENTO S.O.S. PARA TU PIEL

En septiembre, a medida que el bronceado se va desvaneciendo, quedan al descubierto algunos efectos de las jornadas de sol: arrugas más profundas, pérdida de firmeza, manchas de sol, tono apagado…

Uno de los primeros efectos de las exposiciones solares prolongadas es el engrosamiento de la piel. Aunque es un mecanismo de defensa frente a las radiaciones, este hecho dispara el número de células muertas por lo que los poros se obstruyen y la piel se ve más apagada y mate.

Exfoliar la piel alisa la tez, renueva el tono del bronceado y consigue que tu rostro irradie luz. Al barrer las células muertas, este ritual de belleza hace que el cutis se muestre más receptivo a cualquier cosméticos que apliques.

Tratamiento de choque:

Utiliza hidratantes de día formuladas con vitamina C, el activo revitalizante por excelencia. Y por las noches, cremas con retinol, este activo acelera el proceso de regeneración de la piel mientras duermes.

Introduce en tu rutina de belleza un sérum antiedad y un rellenador de arrugas de acción localizada. Trata de que el ácido hialurónico y la coenzima Q10 se encuentren entre sus ingredientes.

Y, para tratar las zonas hiperpigmentadas, para el día elige hidratantes con niacinamida, un derivado de la vitamina B3. Este activo unifica el tono y blanquea las manchas con la misma facilidad con la que hidrata la piel.

La MÁSCARA OJOS Y CUELLO HIDROGEL, enriquecida con extracto de ardisia crispa, adenosina y niacinamida, ayuda a restaurar la elasticidad y el brillo de la piel y disminuye los signos del envejecimiento.

Para una acción localizada, aplica aceite de rosa mosqueta o concentrados a base de ácido glicólico, ácido kójico, extracto de regaliz o hidroquinona.

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