ACEITES PARA LA ROSÁCEA

Nuestra piel está cubierta y protegida por un manto lipídico. Cuando este se ve afectado, esto constituye una de las principales causas de la mayoría de enfermedades de la piel: acné, dermatitis, rosácea…

Así, uno de los pasos clave para mejorar tu rosácea es reparar la barrera protectora de tu piel. El deterioro de esta barrera protectora hace que aumente su sensibilidad, por lo que se agrava esa sensación de sequedad, tirantez e irritación tan típicas de la rosácea.

Los aceites vegetales son la manera más natural de mantener tu piel hidratada y nutrida ya que le estarás aportando ácidos grasos esenciales y conseguirás que tu epidermis esté unida protegiéndola así de la deshidratación y de la penetración por bacterias, alérgenos o sustancias nocivas pueden acabar generando problemas como granitos e inflamación.

Como siempre os decimos, no todos los aceites aportan grasa o granitos, sabiendo escoger cuáles para cada tipo de piel.


Os proponemos una RECETA DE SÉRUM PARA ROSÁCEA:

– 50 mL de aceite vegetal de jojoba
– 30 mL de aceite vegetal de semilla de uva
– 20 mL de aceite vegetal de cáñamo
– 10 gotas de aceite esencial de jara
– 10 gotas de aceite esencial de ciprés

Estos aceites reúnen las propiedades perfectas para paliar los síntomas y controlar la rosácea. Nutren y restauran el manto lipídico, alivian el picor y el enrojecimiento, y calman la piel.

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