UNA ARCILLA PARA CADA PIEL

Existen mascarillas de arcilla listas para su uso, es decir, no es necesario mezclarlas con agua, hidrolatos o aceites para poder utilizarlas, como ocurre con el formato en polvo. Estas arcillas se extraen de terrenos no contaminados y son secadas naturalmente al sol, cuyas radiaciones las revitalizan y al ponerse sobre la piel esta obtiene todos sus beneficios.Se trata de una alternativa rápida, eficaz, económica y saludable para nuestra piel.

La composición básica de los diferentes tipos de arcilla es muy similar, sin embargo, la mayor o menor presencia de un mineral en concreto o su estado evolutivo hace que se presenten diferentes colores con propiedades diferentes.

VERDE: Purificante y detoxificante
Es ideal para pieles mixtas y grasas, perfecta para combatir los puntos negros, poros dilatados, acné y exceso de sebo.

ROJA: Equilibrante y calmante
Recomendada para todo tipo de pieles, favorece la circulación y oxigenación de la piel. Ideal para combatir el calor localizado.

BLANCA: Regenerante y antioxidante
La más indicada para pieles maduras y secas, es la arcilla de mayor pureza, aportando luminosidad y flexibilidad a la piel. Favorece la circulación y mejora la retención de líquidos. La arcilla blanca es la que mayor capacidad tiene para estirar la piel y proporcionar un efecto tensor inmediato.

ROSA: Emoliente y revitalizante
Esta es la arcilla ideal para pieles sensibles y delicadas. Es revitalizante pero a la vez descongestiona y calma.

AMARILLA: Remineralizante
Es para todo tipo de pieles, es la mascarilla exfoliante y remineralizante. Ayuda a eliminar toxinas activando la reparación de los tejidos y oxigenando la piel. Al ir secándose se van notando los poros de la piel, señal de que está absorbiendo todo lo que a nuestra piel le sobra.

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