TIPOS DE ARRUGAS

Con el paso de los años, es inevitable que la estructura de la piel vaya cambiando. De este modo, se empieza a mostrar un deterioro en los tejidos epidérmicos, los cuales se irán haciendo cada vez menos resistentes. Esto también afecta su densidad y volumen. Así se presentan las temidas arrugas, las cuales pueden ser de diferentes tipos.

Las arrugas faciales pueden ser clasificadas según varios criterios. Sin embargo, lo más conveniente es tomar en cuenta sus causas para entender cómo y dónde aparecen:

LAS ARRUGAS DINÁMICAS

Aquí nos encontramos con todas aquellas que se producen por el movimiento continuo, el cual es causado por la contracción de los músculos situados en diferentes partes del rostro. Por ejemplo, cuando sonreímos o mostramos enojo es inevitable que se originen líneas de expresión. Este tipo de marcas se va haciendo más visible con el paso de los años, dado que la piel va perdiendo elasticidad, lo que a su vez es una consecuencia de que el organismo deja de producir sustancias como la elastina y el colágeno.

LAS ARRUGAS GRAVITACIONALES

Tal como su nombre indica, este tipo de arrugas son una consecuencia de la gravedad; los tejidos que conforman la piel, progresivamente son atraídos hacia abajo. Así se producen los surcos, que son comparables con zonas del rostro que parecen haberse descolgado de su posición original. La resistencia frente a estas arrugas depende mucho de los genes de cada persona.

LAS ARRUGAS DE FOTOENVEJECIMIENTO

De todas las partes del cuerpo, el rostro es la más susceptible al daño que producen los rayos solares. Esta clase de arrugas son más propensas en las personas que trabajan en el exterior, y que no utilizan cremas protectoras o hidratantes. La radiación ultravioleta es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel, que además de arrugas empezará a mostrar diferentes zonas con hiperpigmentación.

TIPOS DE ARRUGAS SEGÚN SU FORMA

También es posible clasificar las arrugas por su forma. Las de tipo primario son todas aquellas de borde suave, que se suelen presentar a causa de la pérdida de grosor en los tejidos subcutáneos. Aunque inicialmente parecen superficiales, con el tiempo su profundidad va aumentando, y el uso de maquillaje para cubrirlas resulta menos efectivo. Así se convierten en arrugas secundarias, que también son una consecuencia del paso de los años. Finalmente, las arrugas terciarias son causadas por la pérdida de elasticidad en la piel, siendo las zonas más afectadas la comisura de los labios y la frente.

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