Como cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, la piel se fatiga y estresa. Las razones que la conducen al cansancio son prácticamente idénticas que las que agotan nuestra mente y cuerpo: estrés, malos hábitos, falta de descanso…
Un estilo de vida insano que pasa por no dormir las horas suficientes, comer mal, a deshoras y alimentos que no siempre son los más adecuados, no utilizar la cosmética adecuada a sus necesidades, someterla a choques térmicos constantes sin la protección necesaria, no limpiarla con esmero para retirar el maquillaje…
Además, en algunas fechas como ocurre con las fiestas navideñas, hay que añadir más factores como los excesos al comer, beber alcohol y fumar.
Para recuperar la energía y luminosidad de nuestra piel, lo ideal es dormir 8 horas, seguir un par de días un plan desintoxicante ingiriendo mucha agua, zumos frescos y nada de alcohol, y utilizar una mascarilla antifatiga que le aporte la luz y tersura perdidas. También es adecuado realizar un peeling con un exfoliante que ayude a retirar las células muertas y aportarle una dosis extra de vitaminas y minerales con un sérum concentrado.
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