TIPOS DE PIEL

Existen cuatro tipos de piel, y cada uno de ellos requiere de unos cuidados específicos:

El cutis graso se caracteriza por un exceso de sebo que se traduce en un aspecto brillante, con los poros de la piel dilatados y visibles, y la presencia de lesiones inflamatorias, espinillas y puntos negros.

Es por ello que resulta primordial una perfecta limpieza 2 veces al día (mañana y noche) y un tratamiento cosmético adecuado.

Las pieles mixtas suelen tender a dos naturalezas diferentes:
– Piel mixta con tendencia grasa: aspecto graso en la zona central del rostro (zona T) y normal en los pómulos.
– Piel mixta con tendencia seca: aspecto más sano en la zona T, pero con sequedad o irritación en los pómulos.

Conviene destacar que debemos tener clara la diferencia entre AGUA y GRASA; Que tengamos zonas grasas en la piel solo quiere decir que nuestras glándulas sebáceas producen más secreción de la que deberían, y no tiene nada que ver con el estado de hidratación de nuestra piel. Por ello, por ejemplo, existen personas con «piel grasa deshidratada».

Por eso no debemos descuidar la hidratación diaria de nuestro rostro pese a que tenga zonas grasas, eso sí, siempre con cremas no comedogénicas (no obstruyen el poro) y de base acuosa, para que hidrate sin aportar más grasa, y/o aceites vegetales que sean adecuados a este tipo de piel como aquellos con propiedades seborreguladoras, que van a hidratar nuestro rostro sin aportar grasa, es más, regulando la secreción sebácea y disminuyéndola. Un aceite no siempre es sinónimo de grasa…

Por todo esto, explicar un tratamiento global para toda piel mixta es complicado, y la recomendación general consiste en combinar productos para piel mixta propiamente dichos, con algún producto para piel grasa o seca según la tendencia individual de las diferentes áreas del rostro, o tratamientos para problemas en concreto como el acné.

Además, la tendencia desigual de estas pieles puede desembocar en una piel sensible o irritada por zonas por el uso de cosméticos incorrectos (muy común al tener varios «tipos de piel» en un mismo rostro).

Las pieles secas se caracterizan por tener un déficit en elementos grasos, presenta frecuentemente tirantez, falta de confort, descamación… es una piel que va a deshidratarse más fácilmente que el resto. No tiene brillo, ni luminosidad, y a veces tacto áspero.
Estas pieles requieren un cuidado cosmético diario que se centrará en aportar elementos grasos e hidratantes, y antienvejecimiento especialmente.

Las pieles normales se caracterizan por ser la llamada piel perfecta, es una piel sana, suave, de tacto aterciopelado, color uniforme, y ningún problema cutáneo como la sequedad o el exceso de sebo.

Estas pieles requieren un cuidado cosmético diario básico que se centrará en una buena limpieza y productos de protección, para conservar su estado óptimo natural.

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