Una mirada limpia, descansada, un contorno sin arrugas, ni edemas, ni pigmentaciones oscuras… Cuida la zona del contorno de tus ojos; el paso del tiempo, el sol y los gestos repetitivos debilitan la delicada piel de esta zona.
Resulta necesario acompañar el uso de un buen contorno de ojos con algunos hábitos rituales imprescindibles:
– Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y pobre en sal, que favorece la formación de bolsas.
– Un buen descanso es clave para lucir una mirada fresca y despejada. Lo de dormir ocho horas diarias (o, al menos, un mínimo de siete) no es misión imposible y hace milagros por tus ojos.
– Beber de 1,5 a 2 litros de agua al día para depurar y prevenir la hinchazón de las bolsas debajo de los ojos.
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LA IMPORTANCIA DE DESMAQUILLARTE
La limpieza diaria del rostro es imprescindible para la belleza de tu piel, pero también la de tus ojos; aunque no te apetezca, desmaquíllalos todas las noches porque:
– El maquillaje enrojece los ojos
– Los residuos que se depositan se mezclan con la grasa propia de la piel y la suciedad ambiental, lo que ensucia la piel.
– Al tapar los poros pueden formarse bolitas de grasa o queratina bajo la piel (milia o milium) que se ven y se sienten al tacto y que tienen que eliminarse utilizando una aguja porque la piel no es capaz de expulsarlas por sÍ misma.
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ASÍ SE APLICA EL CONTORNO DE OJOS
– La aplicación de un contorno de ojos es tan importante como el producto en sí:
Primero aplica una fina capa con el dedo anular, sin tironear la piel, ejerciendo una leve presión desde abajo de los lagrimales hasta las sienes, para favorecer el drenaje y evitar la formación de las bolsas.
– Realiza golpecitos suaves, para asegurarte la penetración del producto tanto en la zona de las ojeras como en la de las patas de gallo y el párpado fijo; apenas deposites producto en el párpado móvil.
– Aplícate el maquillaje siempre después del contorno de ojos.
– A la hora de desmaquillar no frotes la zona porque además de lastimar la piel y los ojos, provocarás la pérdida de pestañas. Usa productos que permitan ser retirados fácilmente con un algodón.
– Siempre que puedas usa productos que contengan más de 15 de protección solar en invierno y al menos 30 en verano. Y mejor se te enganchas a las gafas de sol grandes, que cubran toda la zona, para evitar las manchas provocadas por los dañinos rayos ultravioleta.
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