De los frutos del arbusto rosa mosqueta (escaramujos), ricos en vitaminas y oligoelementos, se extrae el aceite de rosa mosqueta.
Este aceite, extraído de las semillas de estos frutos, contiene ácido oleico (14-16%), ácido linolénico (30-34%) y ácido linoleico (43-47%), directamente relacionados con la síntesis de colágeno, que regula los mecanismos de crecimiento celular e interviene en la regeneración de los tejidos, mejorando su hidratación.
También contiene ácido alfatransretinoico, con las mismas propiedades beneficiosas de la vitamina A, y otras sustancias como polifenoles y riboflavina, todas de gran poder regenerador y cicatrizante epidérmico.
El aceite de rosa mosqueta se ha convertido en un ingrediente esencial para gran variedad de productos cosméticos por ser un poderoso reconstituyente epidérmico. Actúa de forma eficaz contra los signos del fotoenvejecimiento solar: la deshidratación, la flacidez, las arrugas, las manchas y la desvitalización. Hidrata y restaura la piel dañada por el sol.
Gracias a sus propiedades regenerativas, es un importante restaurador de los tejidos dañados y preventivo de la formación de arrugas. Mejora la textura de la piel, dejándola clara y luminosa. Para ello, podemos aplicar todos los días, mañana y noche, tres gotitas bien distribuidas en el rostro o mezclar unas gotas con nuestra crema nutritiva o hidratante.
Además de para atenuar las arrugas y las quemaduras, y normalizar la tonalidad de las cicatrices hiperpigmentadas, el poder emoliente y regenerador del aceite de rosa mosqueta se utiliza también para acelerar la cicatricación después de una cirugía y para corregir hipertrofias cicatrizales (queloides), ya que su aplicación continuada logra un aplanamiento y ablandamiento de éstas, además de proporcionar más flexibilidad y elasticidad al tejido. Para ello, podemos aplicar una gotita en la cicatriz y seguidamente masajear hasta su completa penetración. La aplicación continuada del aceite de rosa mosqueta ayuda de manera efectiva a atenuar las cicatrices uniformando el color de la piel.
Asimismo, se recomienda para reducir los efectos de la psoriasis, tratar úlceras de la piel y algunas dermatitis, y aunque no es aconsejable su aplicación para los procesos acneicos, sí se puede utilizar para corregir las marcas que deja esta afección, así como para atenuar las cicatrices de la varicela.
Su aplicación en las pieles reactivas después de la depilación con cera calma y normaliza la zona agredida y ayuda a cerrar los poros.
También puede utilizarse para la prevención y tratamiento de la celulitis, ya que, por sus principios activos aumenta la resistencia del tejido conjuntivo. También evita la aparición de estrías y de manchas cutáneas durante el embarazo.
Contraindicaciones:
El aceite de rosa mosqueta no se recomienda en los casos de acné muy virulento, para pieles muy seborreicas y para algunas pieles reactivas al sol y que pueden sufrir fotosensibilización. Para las pieles normales no existe intolerancia, ya que su pH es 5,3.
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