El principal enemigo de la piel ya no es solo el sol. La contaminación, esas partículas tóxicas que flotan en el aire no solo dañan los pulmones y el sistema inmunológico, también agreden la piel. La acción de estas micropartículas provoca una gran cantidad de radicales libres que la oxidan y debilitan, y además, altera todos los mecanismos de pigmentación, provocando manchas y agravando las existentes.
Los altos niveles de contaminación aceleran los signos de envejecimiento prematuro. La contaminación oxida los lípidos, produce deshidratación, agota los antioxidantes y reduce considerablemente la formación de colágeno.
Protegerse de la contaminación pasa a ser entonces indispensable:
Por un lado, usando productos que actúen de escudo e impidan que las micropartículas no solo se depositen, sino que, además, penetren a través de los poros: Resultarán ideales los protectores solares que actúan como hidratantes y como escudo de defensa.
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Por otro lado, es importantísimo retirar esas partículas de la piel y evitar que sigan desatando reacciones negativas sobre la epidermis. Esto se consigue con una limpieza suave para arrastrarlas con delicadeza y, a la vez, oxigenar el tejido.
Para frenar el daño provocado por la contaminación en tu cutis puedes también aplicar por las mañanas un sérum o aceite vegetal con antioxidantes (ferúlico, vitamina E, etc) antes del fotoprotector.
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Hay que tener en cuenta también el nivel de contaminación en ambientes cerrados: puede ser hasta 5 veces más alto que en el exterior. Los contaminantes que respiramos en casa pueden proceder de los productos de limpieza desinfectantes, tabaco, ambientadores, velas de parafina perfumadas… Se trata de sustancias químicas tan dañinas como el benceno, el tricloroeileno, el benzaldehído y los compuestos orgánicos volátiles (COV), que se convierten en radicales libres, los cuales dañan y envejecen la piel.
Puedes reducir los contaminantes de tu hogar utilizando productos limpiadores eco, velas perfumadas elaboradas con soja o cera vegetal… Y sobre todo, renueva el aire del interior ventilando tu hogar entre 15 y 20 minutos cada mañana.
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