Seguro que tenemos, sin saberlo, algunas costumbres nada aconsejables que realizamos todos los días en un gesto tan habitual como es la ducha diaria. Estos hábitos resultan perjudiciales para nuestra piel y cabello, por lo que debemos intentar evitarlas:
Ducharnos con demasiada frecuencia (más de una vez al día). Ya que un exceso de higiene altera el pH de nuestra piel debilitando de esta manera su sistema inmunitario. Es suficiente con una única ducha al día.
Tomar duchas demasiado largas. De la misma manera, las duchas demasiados largas (más de 15 minutos) a la larga deshidratan la piel.
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Usar demasiado gel de ducha. Abusar del gel de ducha puede eliminar parcialmente el manto hidrolipídico que protege nuestra piel. Utiliza la cantidad justa en las zonas del cuerpo que necesites.
GEL DE DUCHA ALOE VERA-CALÉNDULA. No altera el pH del manto ácido de la piel. No reseca y deja un tacto suave. Muy indicado para pieles sensibles: VER EN TIENDA
Una temperatura elevada del agua. El agua demasiado caliente daña la barrera cutánea además de empeorar la circulación. El agua fría en cambio, mejora el flujo sanguíneo y drena la piel. Además, una ducha fría aporta firmeza y aumenta nuestra energía. Si te resulta desagradable el agua fría cambia al menos el agua caliente por tibia.
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CREMA REAFIRMANTE CORPORAL Y SENOS. Combate el relajamiento de los tejidos, promoviendo su tonalidad y firmeza. Mejora notablemente la apariencia de las zonas afectadas por la flacidez sobre todo en la zona mamaria: VER EN TIENDA
Es muy aconsejable también, cuando nos lavamos el pelo, utilizar agua fría en el último enjuague; De esta manera aportamos brillo al cabello y fuerza al cuero cabelludo.
No utilizar el jabón adecuado. Cuidado, porque puede resecar tu piel.
JABÓN DE BARRO MINERAL. Con agregado de vitamina A, aceite de oliva y camomila: VER EN TIENDA
Exfoliación excesiva. No te excedas frotando tu piel con productos exfoliantes o con un guante de crin si tu piel es sensible, y nunca lo hagas de una forma excesivamente enérgica. Recuerda que es suficiente con una o dos veces por semana y mejor por la noche.
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Secado insuficiente. Es importante secar tu piel a fondo, y no olvides zonas como axilas, ingles y pies.
No hidratar la piel después. Hidrata siempre tu piel tras la ducha, de esta forma se reconstruye el manto hidrolipídico y mantienes la piel hidratada.
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Secarte el cabello con demasiada fuerza. Secarte demasiado fuerte el cabello con la toalla puede dañar sus folículos, ocasionándole daños e incluso provocando caída.
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