MELASMA: MOTIVOS Y PREVENCIÓN

El melasma es un problema de la piel muy común. El nombre deriva de la palabra griega “melas” (que significa negro, oscuro) ya que consiste en la aparición de manchas marrones y grises en la cara, que dan un aspecto de suciedad.
A la mayoría de personas afectadas les aparece sobre las mejillas, puente de la nariz, frente, mentón y justo encima de la boca, en el labio superior. Pero también puede aparecer en otras partes del cuerpo expuestas al sol como el cuello o los hombros.
Afecta a las mujeres con más frecuencia que a los hombres, y es también más frecuente en personas con piel morena.
Tener un familiar afectado de melasma aumenta las probabilidades de padecerlo, lo que sugiere que hay una base genética.
Aunque no es una enfermedad cutánea sí suele suponer un problema estético para quien lo padece.

¿Por qué aparece?
Hay ciertos factores que activan descontroladamente las células encargadas de la pigmentación de la piel, los melanocitos. Algunos de estos factores son:
– El sol. La luz ultravioleta de la luz solar, es decir, los rayos UVA, activan la formación de melanina en la piel. Esto explica por qué aparece con más frecuencia en las zonas de la piel más expuestas a la luz solar (cara, hombros y escote). Por eso las personas con melasma activo o ya curado deben protegerse del sol para evitar recaídas.
– Cambios hormonales. Las mujeres embarazadas tienen más posiblidades de desarrollar melasma. En estos casos se puede llamar también “cloasma gravídico o gestacional”. También se asocia a alteraciones hormonales provocadas por el uso habitual de anticonceptivos.
– Cosméticos. Ciertos maquillajes o productos de belleza pueden tener un efecto irritante en personas predispuestas. Esto puede provocar o empeorar el melasma. Es importante conocer tu piel e identificar qué productos son nocivos para ella.
– Enfermedades endocrinas. El melasma puede ser manifestación de una enfermedad endocrinológica, aunque no es una causa frecuente.
– Estrés. Aunque no se han relacionado las situaciones de estrés con aparición de melasma, sí se conoce que el estrés puede empeorar el melasma ya existente y hacerlo resistente al tratamiento.

¿Cómo se puede prevenir?
– Frente a sol, fotoprotección. Utilizar cremas de protección solar a diario y durante todo el año es esencial para evitar el desarrollo de esta alteración cutánea. Si no se utilizan cremas fotoprotectoras una vez el melasma ha hecho acto de aparición, las probabilidades de que se vuelva resistente al tratamiento y se cronifique son muy elevadas.
– Frente a las irritaciones, cosméticos específicos. Cada vez que detectes que un maquillaje o producto provoca una reacción adversa en tu piel reemplázalo. La cosmética natural resulta siempre una excelente alternativa.

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