TODO SOBRE LAS AMPOLLAS FACIALES Y SERUMS

Llegan a las capas más profundas de la piel y, juntos o por separado, son fantásticos para embellecer tu cutis.

Las ampollas son fórmulas ultraconcentradas, capaces de acudir al rescate de tu piel, mientras que los sérums, un tratamiento más de fondo, multiplican tu belleza.

AMPOLLAS. Tamaño mini y resultado maximizar

En pequeñas dosis. Como auténticas pócimas de belleza, capaces de casi cualquier resultado, las ampollas faciales logran alisar, nutrir, perfeccionar y, en definitiva, contribuir a una piel más bonita y rejuvenecida.

  • Máxima concentración: Destacan por su contenido en ingredientes activos, pero en mayor concentración que el sérum (hasta un 50%)
  • Eficacia. Se presentan en formato monodosis y tienen una altísima capacidad de penetración.

Más allá del efecto “flash”. Las ampollas de belleza de acción inmediata fueron las primeras en llegar. Lograban un efecto “lifting” y radiante instantáneo y su uso era puntual. En la actualidad, conviven con estas otras ampollas “antiaging”, que logran una acción más amplia (regeneradora, antiarrugas, antimanchas, etc.) y pueden usarse en períodos cortos o a diario.

SÉRUM, tratamiento intensivo

Muchos lo consideran como un paso esencial en la rutina de belleza tanto de noche como de día, ya que una de las principales virtudes del sérum es activar la belleza y la juventud de la piel; los hay de efecto lifting, antiarrugas, despigmentantes, antiporos abiertos, revitalizantes, etc. Al tener una textura más ligera que la de la crema hidratante, se absorbe mucho mejor. Es tal su concentración de activos, que enseguida notarás sus efectos.

También pueden emplearse en pieles jóvenes. Los sérums se pueden emplear a cualquier edad, solo hay que tener en cuenta que tenga la función más adecuada para las necesidades de cada piel.

MANUAL DE USO para ambos productos

Puedes emplear ambos, uno por la mañana y otro por la noche, por ejemplo. Si optas por el sérum, incluso pueden usarse dos o tres a la vez, uno encima de otro. Es lo que se conoce como “layering”. En general, las ampollas se suelen usar con un fin más intensivo y a corto plazo (en un período de estrés, falta de sueño, etc.), aunque también se pueden aplicar a diario, a modo de sérum.

¿Cómo aplicar las ampollas? Con la piel bien limpia. Lo ideal sería hacer un peeling antes. Al abrir la ampolla, deposita todo el líquido en la palma de la mano y aplica sobre el rostro, el cuello y el escote con suaves toquecitos.

Sérums en tu rutina diaria: Lo adecuado sería utilizarlos por la mañana y por la noche, pero si decides hacerlo solo una vez, mejor por la noche. Deja caer tres o cuatro gotas sobre el rostro sin que el dosificador toque la piel. Reparte suavemente con las yemas de los dedos y espera unos minutos para que se absorba antes de aplicar tu hidratante habitual.

Sigue un orden: Si vas a emplear los dos, siempre van primero las ampollas. El momento del día dependerá de los activos del producto. Por ejemplo, las ampollas de vitamina C, mejor por la mañana; si son regeneradoras, por la noche.

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