La disminución del número de horas de luz, propia del otoño y el invierno, provoca en muchas personas bajadas anímicas.
El también conocido como trastorno afectivo estacional se inicia con la llegada de los meses en los que el sol está menos presente, es decir, en los de otoño e invierno. En cambio, desaparece con la primavera y el verano. La persona que sufre este tipo de depresión (la mayoría mujeres) se siente apática y triste. Además de un sueño de mala calidad, puede tener más apetencia por alimentos ricos en hidratos de carbono y azúcares. Suele haber irritabilidad y problemas de concentración.
La causa de esta depresión estacional reside en que la falta de luz genera una disminución de la producción de serotonina, uno de los principales neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo. También afecta la producción de melatonina, la hormona del sueño. Y es que cuando la luz impacta sobre la retina se favorece la fabricación de estas sustancias. Asimismo, puede disminuir la vitamina D, que también influye sobre el ánimo y que se segrega cuando exponemos la piel al sol.
¡HÁBITOS QUE LEVANTAN EL ÁNIMO!
Toma el sol. Sal para pasear en las horas de más luz y abre las persianas para que entren en casa los rayos de sol.
Haz ejercicio. La actividad física favorece la producción de serotonina y dopamina, sustancias que levantan el ánimo.
Vigila tu dieta para que sea equilibrada e incluya, además de vegetales, frutas, legumbres, etc., alimentos ricos en vitamina D (salmón, aguacate, etc.)
Aromaterapia: Los aromas cítricos resultan muy frescos y agradables, y tienen un efecto muy positivo en quienes lo perciben, ya que influyen en la capacidad de mejorar el ánimo y combatir el estrés, tristeza y miedos. Utiliza un aromadifusor con aceites esenciales como limón, naranja, mandarina, bergamota…
