La piel es el órgano más grande del ser humano, y dormir poco repercute directamente en su estado. Los principales problemas cutáneos son aspereza, deshidratación, falta de luminosidad y envejecimiento prematuro.
Por la mañana (de 7 a 11), tiene una función protectora antioxidante contra los peligros externos. Por la tarde, se duplican las células, reponiéndose aquellas que han muerto y por la noche (de las 9 a medianoche), comienza la regeneración celular. En este proceso, no solo aumenta el colágeno y la melanina (fundamental para reparar las células de los rayos UV), también se oxigenan los tejidos y se reparan los daños sufridos durante el día.
Hábitos alimenticios
Pasado mediodía, es aconsejable limitar los productos que contengan sustancias activadoras como el alcohol, el cacao, el café, la carne y los cereales. La cena ideal se ingiere dos horas antes de acostarse, y se recomiendan platos que generen serotonina o melatonina (los que incluyen arroz, lechuga, tomate, miel, leche, etc.)
Rutinas faciales
La fase nocturna de la piel hace que esté mucho más receptiva y los activos nutritivos de los productos se asimilen mejor. El sistema natural cutáneo genera una tez más bonita y tersa al amanecer.
