A partir de los 40 años el metabolismo basal disminuye, es decir, el organismo precisa menos energía para mantener las funciones vitales en situación de reposo. Según la OMS, a partir de los 40 años se necesita un 5% menos de energía por cada década. Y, además, se va perdiendo masa muscular, con lo que resulta más fácil ganar kilos. Si quieres evitar que eso ocurra, no te queda más remedio que rediseñar tu dieta y reducir tu aporte energético.
. Vegetales. Dales preferencia. Opta sobre todo por los que tienen un efecto diurético (apio, cebolla, piña…) para compensar la retención de líquidos que se da en esta etapa. Reduce el consumo de sal y bebe por lo menos litro y medio de líquido.
. Proteínas. En cada menú. Contribuyen a mantener la masa muscular. Da prioridad a las que puedes encontrar en carnes blancas y magras, huevos, lácteos desnatados y pescado.
. Grasas. Redúcelas. Sobre todo las saturadas. Ahora el organismo produce más glucagón, una sustancia que libera azúcar en la sangre. Esto hace que con la actividad diaria quememos ese azúcar, pero no la grasa acumulada.
. Carbohidratos. De lenta absorción. Debes restringir los carbohidratos de absorción rápida (azúcares refinados, frutas dulces y leche). Sí te convienen en cambio raciones moderadas de cereales integrales (pan, pasta, arroz) y de legumbres, que son de absorción lenta.
