Con cada ducha la piel puede perder hasta el 15% de su hidratación natural. De ahí que sea tan importante elegir el gel adecuado para tu tipo de piel:
QUE NO RESEQUE: Lo conseguirás si buscas un pH (grado de acidez) próximo al 5,5, el natural de la piel adulta. Este pH permite que se cree una barrera de protección, previniendo la aparición de problemas cutáneos.
AROMATERAPIA: El aroma que escojas para tu gel puede influir en tu estado de ánimo. Por ejemplo, la lavanda es relajante, mientras las notas cítricas, como la naranja, son energizantes.
UTILIZARLO UNA VEZ AL DÍA: Es suficiente para una correcta higiene. Según la Academia Española de Dermatología y Venereologia (AEDV), si usamos más veces el gel, alteraremos el manto lipídico natural de la piel.
Si tienes la piel muy sensible, mejor prescinde de la esponja y utiliza tus propias manos para enjabonarte.
¿QUÉ COMPONENTES INCLUYEN LOS GELES DE DUCHA?
Además del agua, componente mayoritario de todas las fórmulas, debería contener estos principios.
– Tensioactivos. O agentes lavantes. Los más habituales son los sulfatos (sodium laureth sulfate) porque son buenos limpiadores y espumantes. Van acompañados de otros tensioactivos más suaves, como betaínas y derivados de azúcares (coco-glucoside), que mejoran la tolerancia cutánea.
– Sustancias reengrasantes. Como los aceites vegetales, que compensan el efecto desecante de los tensioactivos, a la vez que nutren, protegen y suavizan la piel.
– Hidratantes. Refuerzan la barrera lipídica y ayudan a retener la hidratación natural (glicerina, urea).
UN GEL DE DUCHA PARA CADA TIPO DE PIEL
PIEL NORMAL Y SECA: El ideal es el que contiene algún aceite vegetal (almendras, argán, coco) o activos nutritivos como la miel.
PIELES SENSIBLES: Elige un gel con ingredientes que ayuden a minimizar la irritación cutánea (caléndula, avena, flor de loto).
PIELES REACTIVAS: O que sufran dermatitis, lo mejor es buscar geles sobregrasos o “surgras”, ya que no contienen sulfatos y son mucho más ricos en ingredientes nutritivos e hidratantes, que respetan el manto hidrolipídico.
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EVITA AGENTES POCO RECOMENDABLES
. Los PEG. El polietilenglicol y sus derivados son polímeros que funcionan como emulsionantes. Aunque en sí no son tóxicos, hacen la piel más permeable, permitiendo la entrada a posibles sustancias nocivas. Fíjate bien en la etiqueta, los encontrarás bajo nombres con prefijos peg- u sufijos -eth y -oxynol.
. Los conservantes. Evita los liberadores de formol (quaternium-15. DMDM-hidantoína, imidazolidinil urea) porque irrita las mucosas y puede provocar alguna alergia o envejecimiento prematuro.
. La opción más saludable son los geles para pieles reactivas y los bio. Estos últimos no contienen sulfatos, sino agentes lavantes de origen natural, que no dejan sensación de tirantez.
En definitiva, no olvides que los tensioactivos más detergentes, como los sulfatos (sodium laureth sulfate, ammonium lauryl sulfate) son los más desecantes e irritantes. Es mejor usar geles poco espumosos porque contienen los tensioactivos más suaves.
Recuerda que un gel hidratante no sustituye a una crema. Para completar su acción debes aplicarte después una loción corporal.
Y no olvides que un gel de ducha no sirve como champú, ya que el cabello tiene necesidades especiales que el gel no cubre
