ACEITES PARA EL FRÍO

Cuando bajan las temperaturas las texturas en aceite resultan la opción más confortable. Tanto para cara como para cuerpo, este tipo de cosméticos envuelven la piel en una película de protección y cuidado.

Durante el invierno la piel está expuesta a factores climatológicos que la debilitan. El frío, el viento y los cambios bruscos de temperatura atacan a la barrera protectora, que puede llegar a verse afectada y sufrir trastornos. Debido al deterioro de la capa hidrolipídica, la piel es más propensa a la pérdida de agua con la consecuente deshidratación.

Las pieles normales pueden volverse secas durante esta época del año y las pieles secas pueden llegar a sufrir descamación, sensación de tirantez e incluso grietas y pequeñas heridas muy dolorosas y molestas. Por lo que es necesario adaptar los cuidados a las necesidades ocasionales de la piel. Un correcto cuidado de tu piel durante el invierno es imprescindible para evitar los problemas derivados de la sequedad como el picor y la irritación.

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El momento ideal para hidratar la piel es en la ducha diaria: Es muy importante utilizar geles de ducha que no dañen el manto lipídico de la piel, que la temperatura del agua no sea demasiado caliente y aplicar un producto hidratante corporal después de la ducha.

Las zonas que suelen precisar más hidratación aparte del rostro son manos, brazos y piernas, pero no conviene descuidar otras como espalda, abdomen, codos y pies.

Si aplicamos los aceites al salir de la ducha es mejor hacerlo sobre la piel mojada, masajeando bien, ya que junto al agua forman una emulsión que hace que penetren más fácilmente.

5 ACEITES PARA CUIDAR TU PIEL

Aceite vegetal de Rosa Mosqueta. Su riqueza en ácidos grasos poliinsaturados (Omega 3, Omega 6 y linoleico) y vitaminas antioxidantes (sobre todo C, E y provitamina A o retinol) contribuye a estimular la producción de colágeno (esencial para la elasticidad) reduce las arrugas y líneas de expresión, mejora las manchas, las cicatrices y las estrías (su textura y tono) repara y regenera la piel después de la exposición solar y mantiene los niveles de humedad de esta. Es tan regenerante que se suele recomendar tras una cirujía o haber sufrido una quemadura: VER EN TIENDA

Aceite vegetal de Argán. Destaca su riqueza en vitamina E, betacarotenos y ácidos grasos esenciales (Omega 3, Omega 6, linoleico, oleico, araquidónico y gamma linoleico). Es muy conocido por su capacidad para reparar, nutrir y aportar brillo y suavidad al cabello. Pero, además, es un poderoso aliado para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas y flaccidez) y los radicales libres, tratar y mejorar las cicatrices y las estrías y las marcas producidas por el acné y la varicela. No obstruye los poros y es apto incluso para pieles grasas o con acné. Y regenera la piel tras una quemadura solar aliviando el picor, la quemazón y la tirantez. Además, fortalece las uñas frágiles y quebradizas: VER EN TIENDA           

Aceite vegetal de Jojoba. Este aceite es muy similar al sebo humano producido por las glándulas sebáceas, por lo que puede actuar como un sustituto del sebo hidratante natural. Además, al no ser comedogénico, es apto incluso para las pieles grasas y con acné. Y va muy bien para tratar las quemaduras solares, los eczemas y la psoriasis. Su riqueza en ceramidas, vitamina E y ácido linoléico lo convierte en un potente antioxidante que lucha contra los radicales libres y el envejecimiento prematuro. Al impedir que el agua se evapore equilibra los niveles de pH de la piel y el cabello. Y si tienes el cabello frágil y quebradizo, ayuda a fortalecer los folículos pilosos sin engrasar el cuero cabelludo. De hecho, ayuda a controlar la producción de sebo en cabellos grasos e incluso la caspa: VER EN TIENDA

Aceite esencial de Lavanda. Se trata de uno de los aceites esenciales más versátiles. Es muy útil para tratar infecciones de la piel causadas por virus o bacterias, mejorar el insomnio, la depresión, la ansiedad y el estrés. Pero además de ser un sedante natural, calma y regenera la piel tras una herida, una quemadura solar, un eccema o una dermatitis leve. Y en caso de sufrir acné ayuda a desinfectar, controla la producción de grasa, depura la circulación sanguínea y linfática, y reduce la inflamación. Además posee una fragancia muy agradable: VER EN TIENDA   

Aceite vegetal de Almendra Dulce. Su textura y su alto contenido en vitamina E, conocida por su función antioxidante hidrata la piel evitando la sequedad o las arrugas prematuras. También puede utilizarse para hidratar el cabello seco poniendo un poco sobre las puntas directamente. Para pieles normales o secas funciona bien en el rostro, aplicándolo por la noche, para calmarlas. También es un perfecto desmaquillante de ojos, ya que no irrita, arrastra perfectamente el maquillaje y contribuye a fortalecer las pestañas: VER EN TIENDA

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