Para tomar menos calorías y quemar más grasa no hace falta un régimen estricto, basta con tomar unas sencillas medidas:
– Planifica un menú semanal
Ya que la forma más fácil de pasarse es improvisando. Planifica tus comidas (si quieres hacer 3, 4 o 5) y distribuye lo que puedes comer al día.
– Elige bien la bebida
Evita todas las que contengan azúcar añadido o edulcorantes. Si te gustan los zumos de frutas, dilúyelos en la misma cantidad de agua. Si te aburre el agua sola busca infusiones que te gusten o aficiónate a los zumos de verduras, menos calóricos que los de frutas.
– Alcohol solo en ocasiones
Las bebidas con alcohol contienen muchas calorías; Un vaso de vino (200 ml) aporta 165 kcal. y una lata de cerveza 135 kcal.
– Café sí, pero tómalo sin azúcar o con estevia líquida.
– Hazte tus batidos proteicos, pueden ser una cena excelente. Si los haces en casa sabrás qué contienen.
Receta: Toma 150 ml de leche desnatada, 50 g de queso fresco 0% de grasa, medio plátano y una cucharada de cacao puro en polvo desgrasado. Mezcla todo en la batidora. Te aporta 12 g de proteína y 175 calorías.
– Fríe en agua con gas. Hay modos de ahorrar calorías al cocinar sin renunciar a lo que te gusta. Un ejemplo: Freír un huevo pero…en agua mineral con gas. Pon dos cucharadas de agua mineral con gas y dos gotas de vinagre en la sartén y cuando rompa a hervir echa el huevo.
– Agua de pepino. Dos ingrediente tan simples como el agua y el pepino pueden convertirse en una bebida isotónica y saciante. Lava bien el pepino (no lo peles) córtalo en rodajas y mételas en dos litros de agua. Déjalo una noche entera en la nevera y tómalo durante el día siguiente. Además, es antioxidante y depurativo.
– Come lo más natural posible: sin conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, grasas trans, edulcorantes…El cuerpo obtiene los nutrientes que necesita y se libra de sustancias tóxicas que favorecen el sobrepeso y la obesidad.
– La capsaicina, la sustancia picante de la guindilla, estimula la digestión y que el cuerpo aproveche la grasa para producir energía en lugar de acumularla. Para acostumbrarte puedes empezar por añadir más ajo y pimienta negra a los platos. Sigue por los pimientos de padrón, el chile y los jalapeños. Con el tabasco culmina tu habituación.
– Vitamina C. No sirve solo para prevenir resfriados… El cuerpo la necesita también para quemar la grasa. Sin ella no podría sintetizar la hormona noradrenalina y sin ésta no se puede extraer energía de la grasa. Los alimentos más ricos en esta vitamina son los pimientos rojos, el kiwi y los cítricos.
– Come con calma: despacio, masticando bien.
– ¿Has probado las algas? Ha llegado el momento de incluirlas habitualmente en los platos de arroz, legumbres, ensaladas y pescados, por su riqueza en yodo. El yodo es necesario para la formación de hormona tiroxina y triyodotironina , que aceleran el metabolismo y ayudan a quemar más.
– Huevos en el desayuno: obtendrás hierro, proteínas y vitaminas del grupo B que te ayudan a regular el metabolismo.
– Duerme una hora más. Durmiendo una hora más cada noche se pueden perder 7 kilos al año.