CELULITIS ¿CÓMO APARECE?

La celulitis suele iniciarse con la pubertad y el aumento de estrógenos; es la llamada celulitis incipiente.
Unas veces tiene componente genético y muchas otras se debe a una mala alimentación, hábitos de vida incorrectos, sedentarismo, etc. O a ambas causas.

Lo más habitual es que la celulitis se instale en la cara interna de la rodilla, en los muslos o pistoleras, las nalgas, dando un aspecto acolchado a la piel, y en el vientre a partir de los 40 años. Muchas mujeres, tras el periodo de la menopausia, la padecen también en los brazos.

¿Cómo aparece?

Los adipocitos, células adiposas o grasas, aumentan de tamaño y bloquean el riego sanguíneo y linfático produciendo su alteración y degeneración.
Esto provoca la ralentización circulatoria, la falta de oxigenación y la acumulación y estancamiento de toxinas en las zonas afectadas, con infiltraciones subcutáneas y posible inflamación.
De esta forma aumenta el volumen de los adipocitos, se rompen las fibras elásticas, degeneran las fibras de colágeno y hay mayores alteraciones arteriovenosas y linfáticas, con estancamiento venoso y acumulación de toxinas.
A su vez se espesa y endurece el tejido celular que hay debajo de la mucosa, con aparición de pequeños nódulos, se acentúa la retención de líquidos y, por último, se produce un relajamiento cutáneo con implicación de las fibras nerviosas y aparición de dolor en la zona afectada, sobre todo si se palpa.

¿Por qué aparece?

La celulitis es una alteración de la grasa subcutánea, que afecta no sólo a las células grasas, sino también a los pequeños vasos sanguíneos.
Cuando el equilibrio entre la formación de grasas y la liberación de grasas se rompe, los adipocitos aumentan en tamaño y número: se forma la celulitis, acompañada de acumulación de agua y toxinas, una alteración en el sistema vascular y un cambio visible en los tejidos.