Deberíamos leer los envases de la cosmética que utilizamos de la misma manera que hacemos con la comida que consumimos. Nos interesamos por la etiqueta de los productos alimenticios cuando queremos evitar ingredientes que nos hacen daño si somos por ejemplo celiacos o alérgicos. De la misma manera, si nuestra piel padece algún tipo de problema, es recomendable tener cuidado con determinados componentes que podemos encontrar habitualmente en los productos cosméticos:

Si tu piel tiene tendencia a las rojeces
Intenta evitar o reducir los productos que contienen camphor, eucalyptus, glycolic acid y parfum, ya que podrían ser algo irritantes para tu piel.

Tu piel es grasa o tienes acné
En este caso intenta prescindir en la medida de lo posible de componentes como paraffinum liquidum, isopropyl myristate, petrolatum y lanolin, ya que tienden a engrasar y obstruir los poros.

Tu piel es sensible o muy reactiva
Son recomendables los productos en cuyo envase aparezca especificado “hipoalergénico”, “sin perfumes, colorantes ni conservantes” o “no comedogénico”. De esta manera te aseguras de no sufrir ninguna reacción indeseada.

Es importante saber que en las etiquetas, los ingredientes aparecen siempre en orden según la proporción o cantidad que contienen de esa sustancia. Es decir, el primer ingrediente que aparece en la lista es el que el producto contiene en mayor proporción, y así sucesivamente.

Y por supuesto, tener en cuenta que elegir aquellos productos que sean más naturales, o incluso fabricar nuestra propia cosmética, es una buena forma de evitar ponernos en contacto con sustancias o ingredientes no deseados.

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